¿Quién no ha estado en la costa, caminando por las rocas y se ha sentado a descansar en alguna de ellas, para luego pensar y darse cuenta de que esa roca es tan cómoda que uno podrías quedarte ahí el resto del día?
La roca no está diseñada, entonces ¿está ahí para solamente existir?
Probablemente, pues somos nosotros quienes de manera artificial, otorgamos lógicas a lo que nos rodea, interpretando permanentemente formas y funciones, designando artefactos que en un supuesto, nos facilitan las acciones.
Estas ideas y espacios de interpretación objetual son parte de las motivaciones y objetivos de la serie Monolitos Difusos.
Esta serie de objetos que incorporan una lógica perceptual elástica e interpretable, se inserta en un espacio intermedio, entre la escultura y el mueble, proponiendo diversas lecturas articuladas por medio de objetos ambiguos y no definidos.